Frente al asesinato de ayer: Mariano sigue vivo con las luchas

El sábado 20/11 a la tarde, la policía Federal y la policía Bonaerense montaban guardia junto a la burocracia de la Unión Ferroviaria en Avellaneda para impedir que los trabajores tercerizados y los despedidos, lleven adelante su protesta. Un desagradable frente, conformado por el aparato policial de la Federal de los K, la bonaerense de Scioli, y el aparato de la Unión Ferroviaria, adicto al gobierno. La misma burocracia que hace pocos días participaba en River del acto de Kristina, se plantaba junto a la policía para impedir la protesta de los trabajadores tercerizados del Ferrocarril ROCA y militantes, que se manifestaban frente a la estación Avellaneda reclamando la continuidad laboral y el pase a planta permanente.

Frente a semejante despliegue de fuerzas policiales y de la burocracia, los compañeros tercerizados decidieron suspender la actividad, se replegaron e intentaron hacer un corte cerca de Puente Pueyredón, de donde también fueron repelidos y tuvieron que levantar completamente la medida de protesta. Es una vergüenza que desde los gobiernos tanto nacional como provincial se movilice a la burocracia y a la policía para impedir la protesta de los trabajadores, defendiendo los intereses de la patronal. Es un hecho de violencia en si mismo, cuyo único objetivo es derrotar la lucha de los trabajadores por sus justos reclamos.

Pero la violencia no terminó ahí: cuando menos lo esperaban, una hora después de que la movilización se haya terminado, la policía liberó la zona para que una delegación de la Burocracia de la Unión Ferroviaria pueda atacar a un grupo de compañeros que estaban en una reunión en una esquina. El resultado: varios heridos de bala y un estudiante del CBC de Avellaneda, Mariano, militante del Partido Obrero, muerto horas después en el hospital.

No fue un hecho aislado. Tampoco fue una gresca de una interna gremial, como pretender tildar al hecho algunos medios. Mucho menos fue como dice cínicamente el asqueroso de Etchenique en su mail: “…un muy confuso episodio en el que aparecen involucradas patotas gremiales”. Ni “confuso episodio”, ni “interna”: es el aparato estatal -en sus dos versiones: la policía y la burocracia sindical- desplegándose en contra de los intereses de los trabajadores, para defender las superganancias tanto de los K y sus amigos, como de la oposición.

Forma parte de una política integral de saqueo del salario, precarización del empleo y mantenimiento de un modelo que paga la deuda externa y castiga la independencia política de los trabajadores.