El taller de cine de la profesora Paulina Bettendorf comenzó a dictarse el año pasado para cuartos y quintos años, y continuó este año solo para cuartos años a raíz de la reforma del sistema de talleres del bachiller pedagógico del normal 10.
Orígenes
La profesora Bettendorf había pasado ya por el normal como profesora suplente de lengua. En esa ocasión se enteró de la existencia de los talleres y preparó “[...] un espacio dentro de la escuela en la cual se trabajara el cine por el cine mismo y no como una conexión o como un agregado para otras materias, es decir que fuera el centro de lo que se estaba trabajando. [...]” (sic).
Fué aprobado debido a la confianza que disfruta Bettendorf de parte de Petrecca y Nóbile, encargadas de seleccionar los talleres que se van a dictar. Asimismo Petrecca considera que “[...] los proyectos de cine es un tema que a los adolescentes les interesa [...]” y le parece “[...] interesante, actualizado, que a los chicos les engancha y que tiene que ver con la expresión, que en bachillerato pedagógico es tan importante. [...]” (sic).
Paralelamente Bettendorf presentó un taller de escritura de guiones cinematográficos, que complementa el taller del que este artículo trata. Este año, a diferencia de en el 2009, no pudo dictarse por falta de inscriptos, carencia producto de la reforma antes mencionada (pero ese es otro tema, más adecuado para una nota de opinión que de investigación).
Contenido
El taller, al que yo tuve el gusto de asistir el año pasado, abarca tanto aspectos técnicos, como el análisis de películas en profundidad.
Algunos de los temas enseñados el año pasado y este son:
“Este año intenté agregarle un poquito de práctica y producción de películas”, explica Bettendorf, “muy minimamente hacer algunos ejercicios, digamos para considerar las cosas que vemos no solamente desde las cosas que decimos y de lo que vemos que hacen otros sino también para intentar hacer algo“ A lo teórico se sumó la práctica.
Orígenes
La profesora Bettendorf había pasado ya por el normal como profesora suplente de lengua. En esa ocasión se enteró de la existencia de los talleres y preparó “[...] un espacio dentro de la escuela en la cual se trabajara el cine por el cine mismo y no como una conexión o como un agregado para otras materias, es decir que fuera el centro de lo que se estaba trabajando. [...]” (sic).
Fué aprobado debido a la confianza que disfruta Bettendorf de parte de Petrecca y Nóbile, encargadas de seleccionar los talleres que se van a dictar. Asimismo Petrecca considera que “[...] los proyectos de cine es un tema que a los adolescentes les interesa [...]” y le parece “[...] interesante, actualizado, que a los chicos les engancha y que tiene que ver con la expresión, que en bachillerato pedagógico es tan importante. [...]” (sic).
Paralelamente Bettendorf presentó un taller de escritura de guiones cinematográficos, que complementa el taller del que este artículo trata. Este año, a diferencia de en el 2009, no pudo dictarse por falta de inscriptos, carencia producto de la reforma antes mencionada (pero ese es otro tema, más adecuado para una nota de opinión que de investigación).
Contenido
El taller, al que yo tuve el gusto de asistir el año pasado, abarca tanto aspectos técnicos, como el análisis de películas en profundidad.
Algunos de los temas enseñados el año pasado y este son:
- Historia del cine.
- Tipos de plano.
- Montaje.
- Uso del sonido.
- Elementos de la narrativa clásica. (Estilo hollywoodense)
- Géneros cinematográficos clásicos.
- Cine internacional.
“Este año intenté agregarle un poquito de práctica y producción de películas”, explica Bettendorf, “muy minimamente hacer algunos ejercicios, digamos para considerar las cosas que vemos no solamente desde las cosas que decimos y de lo que vemos que hacen otros sino también para intentar hacer algo“ A lo teórico se sumó la práctica.
Dinámica
En las clases de Bettendorf reina el buen ambiente. O por lo menos lo hacía el año pasado, cuando yo asistía. Un problema este año es que muchos de los alumnos no eligieron el taller, sino que les fue impuesto a causa de que la mayoría del curso lo eligió, y de la menor flexibilidad del nuevo sistema de talleres. Y entonces “duermen durante todo el taller”, en palabras de Bettendorf.
La clase se dicta en la biblioteca, donde la tele 21”, el reproductor de dvds y el de VHS, esperan en una esquina junto a la ventana, por donde tantas veces el sol ha molestado y sigue haciendolo en mediodías y mañanas soleadas, a pesar de las nuevas “persianas”, diminutos aditamentos que la cooperadora se dignó a proveer.
Pero los que deciden aprovechar el taller aguantan estas nimiedades, para disfrutar del ABC del cine que tan bien se enseña aquí.
En una clase normal, la profesora suele traer películas donde algún fragmento muestra el concepto que la profesora quiere explicar ese día. Los estudiantes, haciendo honor a los ideales constructivistas, pueden hacer todas las acotaciones que quieran, sin miedo a ser callados. Bettendorf recibe los comentarios alegremente, e invita a todos a opinar sobre lo que se está viendo. Particularmente interesante es cuando los alumnos opinan sobre películas poco ortodoxas, donde los argumentos se cruzan entre los mismos alumnos sobre el significado del monolito en 2001: una Odisea del Espacio o la construcción de la escena final de Sin aliento, por citar ejemplos.
Para cerrar la nota robaré la frase de Kenji Mizoguchi
"Todos los cineastas están en fase de aprendizaje hasta los 65 años"Bueno, en algún lado debe empezar esa fase...
Gran nota Milton! Muy bien combinado el intercambio de voces entre Petrecca, Bettendorf y vos como escritor.
ResponderEliminarHay un buen uso del "color" para describir los momentos de proyección en la bilbioteca y de la opinión.
Un detalle: si la cita está entrecomillada ya está implícito que es textual y no hace falta la aclaraciíón (sic). Asimismo, si no cortás las frases de la entrevistada al medio para reorganizar su discurso, no hace falta el [...]
El cierre me pareció excelente.
Felicitaciones