Y una vez más, Macri se mandó la parte. ¿Qué pasa, Mauri; seguimos sumando enemigos? Ayer los estudiantes, hoy de nuevo los músicos.
Luego del derrumbe del entrepiso del boliche “Beara” de Palermo el 10 de septiembre pasado comenzó la oleada de cierres indiscriminados de boliches nocturnos y se otorgaron varias suspensiones de los permisos para realizar shows en vivo.
El 20 de septiembre se realizó una marcha por la música en vivo, en la cual se reclamaban cuatro puntos fundamentales:
1- No a la persecución a la música en vivo, ni al cierre arbitrario, compulsivo y a la censura preventiva de espacios de conciertos;
2- Reglamentación urgente de la Ley de Régimen de Concertación para la Promoción de la Actividad Musical;
3- Aprobación urgente de la ley 2394 D10, de Régimen transitorio de clubes de música.
4- Fiscalizaciones claras para el desarrollo de la actividad musical en vivo.
Cansados ya de que se les niegue el espacio y se los quiera callar, músicos como Leopoldo Federico, Teresa Parodi y Liliana Herrero, productores independientes, dueños de salas y sellos chicos, periodistas, locutores, y público y también representantes de organizaciones sociales, levantaron la bandera “No al silencio musical. Sí a la música en vivo” en reclamo de la persecución a la música en vivo.
Intérpretes como Raúl Carnota, Mariano Otero, Lisandro Aristimuño, Lidia Borda, Guillermo Fernández, Guillermo Klein, Alfredo Piro, María de los Ángeles Ledesma, Liliana Vitale, Franco Luciani, Tukuta Gordillo, Bruno Arias, Diego Frenkel, Pablo Dacal hicieron presencia también para luchar por los derechos de la música.
Infaltable la participación de Cristian Aldana y Diego Boris, dirigentes de la UMI (Unión de Músicos Independientes.)
No importa si es en pleno concierto, no importa si un arista esta realizando una “performance” en el escenario, no importa si perjudican el trabajo de miles de artistas y la libertad de los oyentes de disfrutar de la cultura musical, no. Los locales siguen siendo clausurados como en una suerte de “ta-te-ti”.
Macri, con su doble discurso, sigue oponiéndose de manera obvia en los hechos al desarrollo de la cultura musical en el escenario porteño, pero mientras tanto sale con una impecable sonrisa a promover festivales de música y cine como “Ciudad Emergente” y el BAfici al aire libre. ¿Contradictorio, no?
Creo que es hora de “redefinir” lo que significa CULTURA, para Mauricio Macri.
Si artistas de suma importancia, artistas ya conocidos en la escena, artistas emergentes con mucho para ofrecer y para dar a conocer, dejando voz, cuerpo y alma en el escenario para llenar de vida a numerosos adolescentes deseosos y ansiosos por sentirse identificados con acordes y letras transmitidos y por transmitir no es cultura, entonces ¿Qué lo es?
Quizás no es conveniente que un montón de adolescentes “vagos, borrachos y drogadictos” se instalen en “antros de mala muerte” para escuchar esas “porquerías anarquistas”; no lo sé, pero parece no serlo.
En realidad son un montón de adolescentes que van a buscar diversión, y quizás pertenencia en los pocos lugar que les quedan a los músicos del ambiente “underground” para hacer sonar su música y sus reclamos por la injusticia que se vive en el día a día.
Tanto músicos reconocidos como músicos de las escena under, adolescentes, jóvenes, adultos, y todo aquel que quiera ir a un recital está en su entero derecho de poder hacerlo sin trabas.
¡¡Basta de trabas!! Los músicos también merecen un lugar en la escena cultural y es hora de que Macri se los de. No dudo de que el reclamo va a seguir en pie en tanto la música siga siendo “el último orejón del tarro”.
Muy bien, informa y va al punto, deja en claro la opinión sin extenderse en demasía.
ResponderEliminargracias milton, jaja(:
ResponderEliminarExcelente Julia! Muy bien marcado el tema ya la postura. El cierre combativo me gustó mucho.
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