lunes, 15 de noviembre de 2010

Alimentarse para vivir, alimentarse para pensar…

  Muchas veces nos encontramos sin nada que hacer, prendemos la tele, ponemos algún noticiero y vemos: “OLA DE INSEGURIDAD EN PALERMO” “DELINCUENTE ASESINA BRUTALMENTE A UNA EMBARAZADA” entre otros. Vemos estos títulos y una de las cosas que se pueden pensar es “loco, si se mejorara el sistema educativo y se crearan programas de inclusión social, quizás todo esto no ocurriría…”
  Y sí, soy uno de los tantos que creen que una de las principales causas de los problemas del mundo es la falta de una buena educación, una educación que se dé desde el comienzo, para todos, sin discriminar a unos u otros, que promueva la tolerancia y el respeto, la sensibilidad y la solidaridad.
  Pero hay algunos temas mucho más urgentes que la “cura” de los problemas sociales mediante la educación. Porque no podemos hablar de una mejor educación global, cuando ésta depende de otros factores que a muy pocos parece interesarles.
  Uno de esos temas es la desnutrición infantil.
   En los países en desarrollo, el 16.1% de los chicos menores de 5 años sufre alguna privación nutricional. En nuestro país, casi tres millones y medio de niños y adolescentes viven en situación de pobreza, de los cuales casi un millón y medio responden a la indigencia.
  Buscando un poco más de información, encontré que el cerebro es el órgano que más rápidamente crece. Pesa 35 gr al nacer (seis monedas de un peso), a los 14 meses 900 gr. (150 monedas de un peso) y en el  adulto, su peso es de  1.200 gr. (200 monedas de un peso), durante los dos primeros meses de vida crece a un ritmo de 2 mg por minuto. En la desnutrición, no sólo se detiene el crecimiento cerebral, sino que además se presenta una atrofia del cerebro. La suerte del sistema nervioso central está determinada en los primeros 14/18 meses de vida. Si durante este tiempo, el niño no recibe una adecuada ingesta de nutrientes y estimulación adecuada, se transformará en un débil mental.
  Con estos datos, podemos decir entonces que estos “débiles mentales” son aquellas personas de bajos recursos, que el día de mañana tendrán grandes problemas de estudio, por ende poca posibilidad de avanzar educacionalmente y menos posibilidad de conseguir un buen empleo (por lo que esta gente que nace en la pobreza, se mantiene en la pobreza).
  Considero que la principal riqueza de un país es su capital humano, y si éste se encuentra dañado desde el comienzo, no habrá educación que pueda sembrarse ni principios ni esperanzas de llevar adelante un país. La responsabilidad de esta cuestión recae lógicamente en el Estado, que es el que debería impulsar políticas de desarrollo que acaben con la desnutrición infantil (y con tantos otros temas más…). El trabajo de los gobiernos junto a las ONG y toda la comunidad mundial es de gran necesidad para afrontar esta lucha, porque es la única forma en la que podremos decir que vivimos en un mundo en el cual la educación es un hecho y no una mentira. Y asi, desde ese momento, vislumbrar la posibilidad de construir una sociedad un poco mejor.

3 comentarios:

  1. Podría haber escrito más, y podría haber puesto más información y más datos, pero me hubiera extendido muchísimo y creo que con esto la idea queda bastante clara y concisa.
    Nico

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  2. Me encantó la introducción y el resto también está bien.
    Opinión personal: Super reformista, si Bobby y su tipo lo leen te fusilan XD

    Milton Gabriel Castro.

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